Luego del partido del día de la fecha, con un calor inhumano (no es excusa, ya sé), me tomo unos minutos para meditar y reconocer de una vez por todas que:
* ya estoy mayor
* ya no me da el cuerpo
* si me quiero hacer la Leona, y me mando sorpresivamente por la derecha con un pique para ser opción de pase, tengo que aceptar que voy a necesitar un tubo de oxígeno para volver con el contrataque.
* el hecho de que tanto árbitros como entrenadores sean más chicos que yo me tiene que encender alguna lamparita en el cerebro.
* la habilidad te la metes en el culo, cuando tu marca tiene 22 años.
Sin embargo, a pesar de todo lo antedicho, sigo enarbolando humildemente mi bandera: “de la cancha me sacan solamente con fractura expuesta”. He dicho.
3 comentarios:
me gusta nena!!!adelante el deportista se lleva en el alma a pesar de los años!!!!
el problema es cuando el alma deportista no es directamente proporcional a lo que da el cuerpo jaja
jajaja! Aguanten las lechonas!!!
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