viernes, 24 de febrero de 2012

PENNY & LEONARD

Terminó “Friends” y dejó un vacío imposible de llenar. “Lost” me quemó el cerebro durante años, y también se fue. Tuve que buscar reemplazo. Una serie corta, de humor ácido, inteligente y en un horario que yo pueda llegar a ver. Luego de un paneo general de opciones, “The Big Bang Theory” cubrió todas mis expectativas. Y me hice fanática, sí señor.

No solo me divierte la serie, sino que en muchos aspectos me siento identificada con Penny. No no… no empiece ni se entusiasme… no soy rubia platinada, ni tengo hordas de seguidores masculinos a mis espaldas. Estoy hablando de otra cosa. Le doy un ejemplo: a duras penas pude entender la paradoja del gato de Schrödinger. ¿Me va comprendiendo?

A su vez, tengo a mi lado al sr. G, que viene a ser un Leonard en potencia, riéndose y evidentemente entendiendo más chistes que yo, y explicandome muchas veces de que hablan los protagonistas. Básicamente, estoy en pareja con un nerd hecho y derecho.

Convengamos que no le hace muy bien a mi ego tener que reconocer mi absoluta ignorancia sobre temas relacionados con física, matemática y/o informática. Saber sobre historia, geografía y arte realmente no me ayuda con estos temas. Reconocer un Gauguin a la distancia no me hace sentir mejor.

Por otra parte, sumamos a lo anteriormente mencionado un pequeño problemita.
Ocurre que mi curva de atención es desastrosa. Tiendo a volar durante cualquier charla, captando de a ratos pequeños detalles y/o palabras claves que logran que salga airosa ante alguna pregunta u obligación de participación. Pero es eso: sólo una pantalla creada por una maldita farsante. No es que tenga deficit de atención (o por lo menos quiero pensar que no), pero ando con ganas. He logrado sobrevivir durante todos estos años sin mayores contratiempos, hasta que se cruzó en mi vida un señor que sabe mucho de temas que yo ignoro. Además, trabaja con tecnología para la industria, un rubro que agrupa justamente informática con física y matemática. ¡Un castigo!

La típica frase hecha de “¿Cómo te fue en el laburo?” implica para mí un esfuerzo sobrehumano para lograr escuchar con atención la catarata de información que se viene.
Me desgasta, me agota. Lo intento, me enfoco, trato de hacer preguntas inteligentes, me concentro. Y el sr. G no se cansa. Me explica con toda la paciencia del mundo, viendo como las ideas pasan de largo por mi cerebro. Hace poco hasta me explicó la base del sistema binario y la relación con las computadoras. En el momento estoy casi segura de que lo entendí. Pero si ahora tuviera que explicarlo, no creo poder lograrlo.

Así que cada vez que veo a Penny mirar a Sheldon o a Leonard con cara de “¿de qué me estás hablando?”, me río y lloro a la vez.

Y no crea que zafo del temita Comics/ Star Wars. ¡Viene con el combo! Y por el mismo precio, señora/ señor, agregamos un adicional importantísimo con material de Caballeros del Zodíaco.

Sí si… no me lo diga… sé que me envidia sanamente.