viernes, 20 de abril de 2012

DE CONTRARIEDADES, CONTRATIEMPOS Y OTRAS YERBAS


Se me ocurrió en el día de hoy compartir con ustedes una pequeña situación recurrente que me pone algo nerviosa. Quizá puedan ayudarme con algun pequeño “tip”. Algo que me permita salir airosa y digna.

Vamos a ubicar la escena en un baño público cualquiera. Bueno… cualquiera lo que se dice cualquiera no… digamos un baño que cumpla con ciertos standards de calidad y limpieza (sí, ya sé, mientras lee esto se le aparece en la cabeza la imagen de Ronald Mc Donald… ¡BORRELA YA!). Me refiero más bien a un baño de shopping, aeropuerto, o de determinadas estaciones de servicio con  pseudo restaurant. ¿Me sigue?

Bueno, luego de finalizar lo que sea que haya ido a hacer al baño (no, le agradezco, sin detalles en lo posible) se dirige usted hacia los lavatorios, y a medida que se va acercando nota un faltante. El terror se apodera de usted, y empieza a buscar la manera de no quedar como un idiota. ¿Adivinó? Sí señor, cualquiera sea el diseño y mecanismo elegido en ese lugar, la canilla definitivamente no forma parte de él. El abanico de opciones aquí es escaso:

1) Usted está sólo/a, y puede probar sin vergüenza todas las formas posibles para lograr que salga agua. Pulsa un botón inexistente arriba del grifo, pasa las manos por debajo del mismo buscando un detector de movimiento, busca un botón inexistente en el piso, etc. No hay consecuencias graves, y a la larga usted logra su cometido
2) Hay gente en el lugar, pero usted deliberadamente demora unos segundos en llegar al lavatorio, suficientes como para pispear como se las arregla el/la de al lado.  Mismo resultado, y usted vuelve a salir airoso/a.
3) El horror: Usted esta distraído/a, y se encuentra ya frente al grifo sin remedio, notando que hay gente que lo mira alrededor, con cara divertida. Mira a los lados pero nadie parece tener intenciones de necesitar lavarse las manos. Intenta con desesperación hacer todos los movimientos de manos  a la vez, disimuladamente, como para que parezca que sabe exactamente lo que está haciendo. Finalmente se rinde y se da cuenta de que el blooper está hecho, mientras en su cabeza resuena la carcajada general que imagina el resto de los presentes contiene, y farfulla un ininteligible “igualnovoyavolveraveraestegrupejoinfectodeminitasfracasadasenmivida,asíquealcarajo” o algo similar.

¿Le pasó? ¿Se sintió tan mal como yo o le parece una exageración? ¿Cómo dice? ¿Qué puede vivir perfectamente con eso?

Y bueno… hago lo que puedo… y usted francamente no me es de mucha ayuda. Vaya enfilando con su teoría zen para otro lado y deje lugar para algún colérico que opine algo como la gente. ¡Ts!