martes, 31 de julio de 2012

MADURITUD TU ABUELA


Como todos los martes y jueves, me dirigí en el día de la fecha al club para entrenar.

Confieso que la noche no ayudaba: viento, lluvia y frío hacían que la estufa y una peli fueran más tentadores. Pero no… el amor al deporte y la necesidad de mantener el estado físico para sobrevivir un partido de hockey me empujaron.

Estamos grandes, realmente a veces me pregunto por qué carajo sigo haciendo esto. Sobretodo sabiendo que el promedio de edad del equipo es de 22 años.

Y ahí estaba yo, jugando un amistoso, empapada hasta el tuje.

Durante el entretiempo, una de mis compañeritas me cuenta, muy contenta: “recién estuve hablando con una de las contrarias de vos. Cuando corriste esa bocha y llegaste, esta chica me dijo, no sólo que no podía creer cuantos años tenés, sino que le parecía genial poder seguir jugando así A ESA EDAD".

Si, sí… todo muy lindo, muy halagador, muy…

ME QUIERO MATARRRRRRRRRRRR

Malditas pendejas irreverentes. Me voy a jugar con las veteranas ya.

¿A esta edad? ¿A ESTA EDAD? NO SABES EL PALO QUE TE VOY A PARTIR POR LA CABEZAAAA

jueves, 26 de julio de 2012

GRAN CARTEL

Para todos aquellos que hieren mi retina diariamente. Para todos aquellos a quienes ya no puedo corregir en facebook, porque se ofenden, me bloquean o me insultan.
Haganmé el favor de insertarse estas pequeñas GRANDES reglas en el cerebro y colaboren de esta manera con la disminución paulatina de mi ira diaria... aunque sea con este pequeño aporte. Gracias

viernes, 6 de julio de 2012

DE GOLPES, HUEVOS Y OTRAS YERBAS



Guardia de traumatología. Ahi estabamos, mi huevo y yo, en la sala de espera. Usted se preguntará por qué digo “mi huevo”. No, no dejé por la mitad una operación de cambio de sexo, no se trata de eso.
Ocurre que evidentemente mis reflejos han disminuido considerablemente con la edad, y el sábado recibí un tremendo bochazo en un lugar algo inapropiado. Fiel a mi estilo, no solo terminé el partido (con alguna que otra lágrima de dolor) sino que evité ir al médico durante un par de días.

Ayer, la dimensión de la hinchazón y el dolor hicieron que la situación fuera insostenible. Allá fui, entonces, a mostrar mi pseudo-testículo, en busca de un diagnóstico.

La situación de por sí era lo suficientemente incómoda como para que encima el traumatólogo se pasara de listo.

A ver… corazón… si me estás toqueteando la ingle no da que hagas comentarios del tipo “ay… es que las chicas que juegan al hockey siempre tienen unas piernas…” y/o “deberías ponerte hielo dos veces por día… fijate… en la oficina quizá algun compañero te quiera ayudar”.

¡Easy tiger! Además… lamento decirte que no sos exactamente uno de los médicos de Grey´s Anatomy… entendamonos.  

Y por otro lado, ¿cómo es que siempre termino negociando con los traumatólogos? ¿Ninguno es capaz de ponerme los puntos?

El diálogo posterior a la placa y ecografía fue algo así:
-         Bueno, una semana de reposo
-         Mmm, ¿le parece? Probemos con otra cosa
-         Sesiones de kinesiología
-         Pruebe de nuevo. Otra oportunidad
-         Bueno, hielo todos los días y un anti-inflamatorio
-         ¡Hecho!
-         ¿Tan fanática sos que no podés dejar de entrenar y jugar una semana?
-         ¿Usted no hace deporte no? Claro…

Increíble… aunque en este caso haberme salido con la mía probablemente no haya sido la mejor idea. Calculo que tendré que acostumbrarme a la compañía del huevito por un tiempo…