Entre paréntesis, a partir de ahora, la próxima persona que me
pregunte por qué carajo tengo esa manía de ser tan ordenada y estructurada,
será enviada raudamente a la matriz de su progenitora. No me queda otra ¿ok?
Soy hija de mi padre. Y también soy un amor de persona, ¿les dije?
Bien… continuemos…
Canjear libros ha sido una actividad regular en mi familia.
Recuerdo con nostalgia tardes enteras en Parque Centenario o Parque Rivadavia,
revolviendo estantes y cajones polvorientos, en busca de títulos y autores.
A pesar de que esto nos proveía de lectura nueva sin costo,
obviamente ese canje 2x1 o incluso 3x1 diezmaba de a poco la cantidad de
libros. La venta tampoco implicaba demasiado negocio, ya que el valor obtenido
era bajo, considerando que los dueños de los puestos debían luego venderlos a
un precio competitivo.
En fin. Mi hermana y yo crecimos, mis viejos se mudaron a
una casa más chica y su jubilación hizo que fuera bienvenida cualquier entrada
extra.
Un día mi viejo se enteró de que “todo se vende en Mercado
Libre”. De a poquito, y utilizando a veces la computadora de mi hermana, fue
entendiendo como era el sistema. Claro que su dominio de la informática es
básico, y no tiene computadora en su casa, con lo cual tener una cuenta y
publicar cosas iba a ser bastante difícil. Y aquí señores, es donde llegamos la
temita central del día de la fecha.
“Alguien” tenía que publicarle las cosas. Opciones cercanas:
* Una hija casada y con tres niños, múltiples actividades y una vida en eterna carrera. Sus tiempos son relativos. Se le puede pedir colaboración, pero no existen fechas límite. “En algún momento” las cosas se hacen.
* Una hija divorciada, sin niños, cuyo lema básico es “quiero todo para ayer”. Acelerada y ansiosa.
* Una hija casada y con tres niños, múltiples actividades y una vida en eterna carrera. Sus tiempos son relativos. Se le puede pedir colaboración, pero no existen fechas límite. “En algún momento” las cosas se hacen.
* Una hija divorciada, sin niños, cuyo lema básico es “quiero todo para ayer”. Acelerada y ansiosa.
No
sé si más o menos van entendiendo dónde recayó la tarea. Vamos, ostias, que no
es tan difícil. Y mi progenitor no es ningún boludo.
Ayer
pasé por la casa de mis viejos. Iba
inocentemente a sacarle fotos a “un par de comics” que mi viejo quería vender.
Terminé
quedándome hasta altas horas de la madrugada, publicando 30 (sí TREINTA) comics
en Mercado Libre, y descubriendo todo un mundo ignorado por mí durante años.
Puedo
decirles que poseo ahora un amplio conocimiento del tema. Sé, por ejemplo, diferenciar
entre superhéroes de Marvel y DC, sé que existen personajes como “El Corto
Maltés”, y algunos nacionales como “Henga”, “El Cobra” y “El loco Chavez”.
Me
pregunto si eso sumará en mi curriculum… ¿garpa?
Eso sí, estoy descubriendo la cantidad de fanáticos que hay.
Ahora que miro en detalle… Sexo masculino… de 35 años para arriba… estemmmmhhhh….
¡VIEJO! ¿POR QUÉ MEJOR NO ME DAS LOS COMICS Y QUE LOS VENGAN
A BUSCAR A LA OFICINA? POR TU SEGURIDAD ¿VISTE? NO VAYA A SER QUE TE AFANEN