domingo, 9 de diciembre de 2012

DEBACLE


Venía bien, venía entusiasmada con mi vida. Las cosas se iban encarrilando. La empresa de a poco empezaba a tomar color de negocio, algo de compañía masculina me ponía de nuevo en carrera y el año deportivo terminaba con una gran y emotiva zafada de un descenso. Casi perfecto. El stress quedaba en el pasado… se venían días tranquilos.

Sin embargo, sabemos que la calma precede siempre a la tempestad… literalmente. Y tempestad fue… Al grito de “va a estar bueno Buenos Aires”, el jueves por la tarde fui testigo impotente de la caída estrepitosa de mi pseudo tranquilidad.

Se desataba el diluvio, y la debajo firmante, precavida y organizada, salió de su oficina para correr el auto de Blanco Encalada. Pero se ve que mis neuronas rubias no llegaron a gritar en mi cabeza “ándate a tu casa”. No señor. Workaholic como soy, moví el auto unas cuadras y me volví a trabajar. ¿Qué necesidad digo yo ahora? ¿Por qué carajo no puse primera y salí de Belgrano? Media hora más tarde, ya no había nada que hacer. Con el agua por la rodilla, observé paralizada como mi auto se inundaba sin remedio. Al borde de la crisis de nervios, veía pasar autos navegando por la esquina.

Una vez que bajó el agua, esperé ilusa que llegara la grúa. Alrededor de las 10 de la noche, viendo que no tenía ningún sentido esperar un milagro, agotada, empapada, cabisbunda y meditabaja me tomé un taxi a casa. Y por supuesto, ahí no había luz.

El viernes no fue mejor. La grúa llegó recién a las cuatro de la tarde, y llegué al taller casi con la cortina bajando en mis narices. Vi caras de horror al ver bajar mi auto, vomitando agua por todos lados. Un empleado con aspiraciones de cómico me lanza “te faltan los pececitos”. Lo fulminé con la mirada. No era momento para probar mi escasa tolerancia. Otro empleado me comenta: “¿ves ese auto de allá? Está ahí desde la inundación pasada”. Gracias… no era la clase de información que necesitaba recibir en ese momento. Evitame tener que lastimarte por pelotudo.

El sábado, la electricidad se negaba a volver a mi vida, con lo cual el contenido de mi heladera y freezer pasó a mejor vida.

Y no me venga con que “la sacaste barata”, “hay cosas peores”. Yo quiero mi vida de vuelta.  

Y así estamos, empezando a mirar un futuro en bondi por un tiempo indefinido. No sería tan grave, si no fuera porque una gran cantidad de mis afectos viven en plumas verdes, ahí nomás… a tres cuadras.

Novedades en su próxima cartelera de cine. Mientras tanto, les pido encarecidamente que eviten hacerse los graciosos conmigo. No garantizo que mis respuestas sean políticamente correctas…

martes, 4 de diciembre de 2012

FIFTY SHADES OF GREY


Sí, confieso… soy una más de las miles de mujeres que andan por la vida permanentemente alzadas, durante el tiempo que les dura la lectura de este libro. No puedo negarlo, es adictivo. 

Sepan todos ustedes, queridos lectores masculinos, que la mejor manera de graficar esta situación sería mostrando decenas de féminas agazapadas, esperando pacientemente para saltar sobre sus presas. 

Humilde consejo: APROVECHEN, es una oferta de tiempo limitado.

Me siento francamente como una adolescente, leyendo libros de dudosa calidad literaria, con portadas como estas:

                                       


De todas formas, no puedo parar de leer… así que mejor me relajo y dejo de sentirme culposa por haber dejado de lado “Guerra y Paz” en la mesita de luz.

La próxima botella de vino que acompañe una de mis cenas va a ser particularmente peligrosa… tiembla el celular. 

domingo, 25 de noviembre de 2012

SISTERS´ NIGHT OUT


El plan era simple: ir el viernes con mis viejos a ver actuar a mi sobrinita de 3 años, quedarme a dormir en la casa de mi hermana, dejar a mis viejos con los niños y salir a la noche con ella. ¡Impecable! Necesitaba algo de tiempo de calidad con ella, a solas, para contarnos todo lo que no podemos contarnos siempre rodeados de la familia.

La salida se perfilaba hacia el cine, con el único requisito de mi parte de no ir a ver la saga esa de “Crepúsculo”, película que no puede importarme menos.

Aquí abrimos un leve paréntesis, para aclarar que mi hermana es mi debilidad. Logra cosas que nadie logra, y siempre se sale con la suya. Porque convengamos… la adoro.

Hacia el miércoles, comenzó de a poco a cambiarme los planes, llevándome sagazmente de la nariz.
– Viene “X” también, no te jode no? Justo puede dejar a los mellizos, y si no no salgo nunca con ella… daaaaleeeeee… (voz conciliadora mode on).
Y ya promediando el jueves: 
- te pregunto nomás, la verdad…¿ te molesta muuuuchoooo “Amanecer”?… porque es justo la que queremos ver… y yo no salgo nunca daaaaleeeee.

De más está aclarar que fue manipulada vilmente, y terminé yendo a ver esa película infecta rodeada de gente que no puede importarme menos (porque terminaron siendo dos, no una amiga, las que acompañaron el momento, culpa del 2x1 ¿vio?).

Para agravar la situación, descubrí al llegar al cine que las chicas estas YA HABÍAN VISTO la película, y querían volver a verla. Esto escapa totalmente a mi capacidad de comprensión… y se me notó…

No sólo me fumé la proyección sin chistar, sino que no cené (ellas se bajaron dos baldes de pochoclo) y aguanté estoicamente la posterior charla de café basada en relatos de pañales, niños, gracias, deplorable estado físico y total apatía sexual posterior al parto, lipoaspiraciones y botox, entre otras delicias.

Como frutilla del postre, el regreso en auto fue musicalizado por las tres señoras, cantando a viva voz una canción de Ricky Martin (sí… leyó bien… ). No se hace… vergüenza…

Yo no pedía mucho... ¿Cómo fue que terminé en esta situación? ¿Será que mi adorada hermana en realidad no quiere escucharme? Mmmm creo que no debería ahondar en eso. Mejor me voy a jugar con mi sobri… ella si me quiere…

miércoles, 7 de noviembre de 2012

BREVE


Interesante el efecto de una botella de vino un domingo a la noche. Uno empieza a extrañar personas que deberían quedar en el pasado. Ya lo sé... no estoy descubriendo América, solo comprobando esta máxima conocida.

Tengo que recordar guardar bajo llave la batería del celular en esos momentos… no vaya a ser que la próxima se me ocurra hacer llamados peligrosos.

Vamos pensando alternativas... ¿dónde carajo dejé esas dos pilas AA?

lunes, 1 de octubre de 2012

CRIA


Con el correr de los años fui elaborando todo tipo de respuestas bizarras para la pregunta “¿y vos para cuándo?”, realizada por cualquier fémina de turno, generalmente ante la innegable tendencia de mi hermana a tenerlos… en demasía.

  La secuencia “lo que pasa es que no puedo tener hijos. Intenté adoptar, pero no pude. Después me quise suicidar, pero tampoco pude” viene resultando. No solo me divierte horrores, sino que la persona en cuestión termina deseando no haber dicho nada.

 Tenemos por otro lado, la cantidad de comentarios no menos llamativos, a mi eterno “no quiero tener hijos”. Definiciones como “rara” y “única” suelen aplicarse a mi persona, junto con claras miradas de desaprobación ante mi falta de respeto hacia los dictámenes de la sociedad.

 Evidentemente mi actitud ofende a la mayoría de las orgullosas madres, algo que no me quita el sueño en lo más mínimo. De hecho, espero con ansias las reacciones de la gente.

 Sin embargo, la razón de esta entrada es hacerles llegar a ustedes, queridos lectores, el mejor comentario recibido en años. Una asociación de ideas digna de una cabecita en crisis neuronal sin dudas. Y lo peor del caso es que salió de boca de un hombre.

 Luego de expresar mi resolución de no ser madre en una charla el fin de semana, el señor en cuestión me miró, primero me dijo “rara”, se quedó pensando, y acto seguido vomitó “pero… ¿te gustan las mujeres?”

Por un lado, creo que el hecho de ser lesbiana no cancela las ganas de ser madre. Por otro lado… no sé… no hay otro lado… la gente tiene problemas, o yo me cruzo con los peores especímenes escupidos por la raza humana.

 También me dijeron una vez que tener un gato es de lesbiana.¿Me están queriendo decir algo? ¿Debería cambiar mi orientación sexual?

 ¿Y si mejor me dejan ser feliz?

miércoles, 19 de septiembre de 2012

…Y UN DIA MI PADRE DESCUBRIO MERCADO LIBRE

Comencemos explicando que mi viejo es dueño de una biblioteca envidiable. La misma ocupa toda una pared del living, con libros ubicados milimétricamente en doble fila. Además, posee una inmensa colección de comics y películas. Su orden y puntillosidad son dignos de su ascendencia inglesa, con lo cual todo se encuentra no solo en impecable estado, sino cuidadosamente catalogado y guardado. No hay detalle librado al azar.

Entre paréntesis, a partir de ahora, la próxima persona que me pregunte por qué carajo tengo esa manía de ser tan ordenada y estructurada, será enviada raudamente a la matriz de su progenitora. No me queda otra ¿ok? Soy hija de mi padre. Y también soy un amor de persona, ¿les dije?

Bien… continuemos…

Canjear libros ha sido una actividad regular en mi familia. Recuerdo con nostalgia tardes enteras en Parque Centenario o Parque Rivadavia, revolviendo estantes y cajones polvorientos, en busca de títulos y autores.
A pesar de que esto nos proveía de lectura nueva sin costo, obviamente ese canje 2x1 o incluso 3x1 diezmaba de a poco la cantidad de libros. La venta tampoco implicaba demasiado negocio, ya que el valor obtenido era bajo, considerando que los dueños de los puestos debían luego venderlos a un precio competitivo.

En fin. Mi hermana y yo crecimos, mis viejos se mudaron a una casa más chica y su jubilación hizo que fuera bienvenida cualquier entrada extra.

Un día mi viejo se enteró de que “todo se vende en Mercado Libre”. De a poquito, y utilizando a veces la computadora de mi hermana, fue entendiendo como era el sistema. Claro que su dominio de la informática es básico, y no tiene computadora en su casa, con lo cual tener una cuenta y publicar cosas iba a ser bastante difícil. Y aquí señores, es donde llegamos la temita central del día de la fecha.

“Alguien” tenía que publicarle las cosas. Opciones cercanas:
Una hija casada y con tres niños, múltiples actividades y una vida en eterna carrera. Sus tiempos son relativos. Se le puede pedir colaboración, pero no existen fechas límite. “En algún momento” las cosas se hacen.
 Una hija divorciada, sin niños, cuyo lema básico es “quiero todo para ayer”. Acelerada y ansiosa.

No sé si más o menos van entendiendo dónde recayó la tarea. Vamos, ostias, que no es tan difícil. Y mi progenitor no es ningún boludo.

Ayer pasé por la casa de mis viejos.  Iba inocentemente a sacarle fotos a “un par de comics” que mi viejo quería vender.
Terminé quedándome hasta altas horas de la madrugada, publicando 30 (sí TREINTA) comics en Mercado Libre, y descubriendo todo un mundo ignorado por mí durante años.

Puedo decirles que poseo ahora un amplio conocimiento del tema. Sé, por ejemplo, diferenciar entre superhéroes de Marvel y DC, sé que existen personajes como “El Corto Maltés”, y algunos nacionales como “Henga”, “El Cobra” y “El loco Chavez”.

Me pregunto si eso sumará en mi curriculum… ¿garpa?
Eso sí, estoy descubriendo la cantidad de fanáticos que hay. Ahora que miro en detalle… Sexo masculino… de 35 años para arriba… estemmmmhhhh….

¡VIEJO! ¿POR QUÉ MEJOR NO ME DAS LOS COMICS Y QUE LOS VENGAN A BUSCAR A LA OFICINA? POR TU SEGURIDAD ¿VISTE? NO VAYA A SER QUE TE AFANEN

viernes, 31 de agosto de 2012

EL ARTE DE LA SEDUCCION

Vieron esta publicidad?
Axe ya venía con una onda de publicidades machistas, pero con esta realmente se superó. Podía vivir con las anteriores, pero esta me dejó mal, me tocó.
Yo imagino la escena: entras silbando al baño, orgullosa del pendejo que te levantaste, sintiendote joven y llevandote al mundo por delante. 
En ese momento, abris el botiquín del pibe, y te encontras con el “Axe para seducir maduras”. Y ahí nomás, en ese instante, te golpea despiadadamente la “maduritud”. Sin anestesia, inesperadamente, el golpe seco te noquea, te deja sin respiración. 
Y ahí nomás, sacás papel y bolígrafo, y empezas a escribir: “Sr. Juez…”

lunes, 6 de agosto de 2012

IRRITANTE TERCERA EDAD


Luego de un mes de cambios considerables y contrariedades varias, creo vislumbrar un poco de calma en el horizonte. Fueron días tormentosos que pusieron a prueba mi ya de por sí escasa tolerancia. Paso a relatarles un poco.

La salida estrepitosa del sr. G. de casa hizo que, además de tener que comprar sommier y heladera nuevos, yo decidiera renovar un poco. Eso me llevó no solo a enfrentar algunos gastos extraordinarios, sino también a tener que lidiar con fletes, cambios, mercadería defectuosa, retrasos, excusas, señores arreglatutti, gritos, amenazas, etc.

Sí sí… un curso de manejo de la ira a la derecha por favor.

Justo en medio de esos días de caos y malhumor, mi benemérita vecina de arriba comenzó a hacer uso del aire acondicionado frío-calor, recientemente instalado. Tiene todo el derecho del mundo, por supuesto… pagó por él y no quiere sufrir frío en su propia casa. Sin embargo, su derecho termina donde empieza el mío, y a mí me encanta defender mis derechos.

Ocurre que la señora en cuestión instaló el drenaje solamente para la opción de frío, con lo cual al empezar a utilizar la calefacción, una simpáticamente caudalosa gota comenzó a caer desde el aparato externo a mi patio con cierta regularidad. Confieso que no se trataba de una catarata, pero luego de un rato el charco era evidente, y la fuerza que adquiría a lo largo de los metros de caída, hacía que salpicara también la pared.

Las tratativas comenzaron con un llamado amistoso, seguido de otros algo menos simpáticos, hasta terminar a los gritos desde mi patio hasta su ventana, amenazándola con mediaciones en el CGP.

Convengamos que resulta altamente difícil razonar con una persona mayor. Es una guerra perdida antes de tan siquiera enarbolar un estandarte para la primera batalla.

¿Qué se le contesta a una persona que grita cosas como “¡cuando llueve no te quejás del agua en tu patio!” No hay lugar para el diálogo, a esta señora claramente hay que suicidarla y hacerle un favor al mundo.

Confieso que los años me han dado un poco de aplomo a la hora de dejarme llevar por mis impulsos. Respiré hondo, y barajé mentalmente mis opciones:
1) No voy a ir en cana por esta yegua. Sacrificarla no es una opción
2) Vengarme poniendo un tapón en el agujero por el que cae el agua y que eventualmente se inunde el aparato sonaba tentador. Lamentablemente me pescó justo cuando estaba subida a la escalera considerando la dimensión del hecho, y quedé como el Chavo del 8, claramente en “orsai”.
3) Pedir una mediación en el CGP es un arma de doble filo. Si la vieja se presenta, tengo todas las de ganar. Pero si decide no presentarse (de hecho no es obligación, hay que tener voluntad de buscar una solución), me la termino de poner en contra. Y convengamos que ella es “la de arriba”, puede hacer desastres en mi patio, y ni hablar de la vida de mi gato.

Finalmente, me decidí por una de mis mayores habilidades: QUEMAR CEREBROS, mediante palabras amables y haciendo uso de mis técnicas de persuasión.

Me tomó un tiempito considerable, no lo voy a negar. Confieso que fue un tema de perseverancia y paciencia. Podríamos compararlo con utilizar una cuchara para abrir un agujero en la muralla china. Algo así… Un trabajo titánico, un despliegue de recursos psicológicos sin precedentes. Pero finalmente lo logré

El drenaje está instalado, y no tengo que escuchar la maldita gota pegando contra el patio mientras trato de dormirme. Aleluya!!!

Vieja de mierda de arriba: 0
Nefer: 1

IMPOSSIBLE IS NOTHING

Sepan todos ustedes, que esta pequeña victoria no implica que secretamente yo no desee que salga un día a caminar y le caiga un piano en la cabeza, que se la lleve puesta el 110 o que quede en medio de un tiroteo entre la mafia china y el dueño del supermercado de al lado… las cosas como son.

martes, 31 de julio de 2012

MADURITUD TU ABUELA


Como todos los martes y jueves, me dirigí en el día de la fecha al club para entrenar.

Confieso que la noche no ayudaba: viento, lluvia y frío hacían que la estufa y una peli fueran más tentadores. Pero no… el amor al deporte y la necesidad de mantener el estado físico para sobrevivir un partido de hockey me empujaron.

Estamos grandes, realmente a veces me pregunto por qué carajo sigo haciendo esto. Sobretodo sabiendo que el promedio de edad del equipo es de 22 años.

Y ahí estaba yo, jugando un amistoso, empapada hasta el tuje.

Durante el entretiempo, una de mis compañeritas me cuenta, muy contenta: “recién estuve hablando con una de las contrarias de vos. Cuando corriste esa bocha y llegaste, esta chica me dijo, no sólo que no podía creer cuantos años tenés, sino que le parecía genial poder seguir jugando así A ESA EDAD".

Si, sí… todo muy lindo, muy halagador, muy…

ME QUIERO MATARRRRRRRRRRRR

Malditas pendejas irreverentes. Me voy a jugar con las veteranas ya.

¿A esta edad? ¿A ESTA EDAD? NO SABES EL PALO QUE TE VOY A PARTIR POR LA CABEZAAAA

jueves, 26 de julio de 2012

GRAN CARTEL

Para todos aquellos que hieren mi retina diariamente. Para todos aquellos a quienes ya no puedo corregir en facebook, porque se ofenden, me bloquean o me insultan.
Haganmé el favor de insertarse estas pequeñas GRANDES reglas en el cerebro y colaboren de esta manera con la disminución paulatina de mi ira diaria... aunque sea con este pequeño aporte. Gracias

viernes, 6 de julio de 2012

DE GOLPES, HUEVOS Y OTRAS YERBAS



Guardia de traumatología. Ahi estabamos, mi huevo y yo, en la sala de espera. Usted se preguntará por qué digo “mi huevo”. No, no dejé por la mitad una operación de cambio de sexo, no se trata de eso.
Ocurre que evidentemente mis reflejos han disminuido considerablemente con la edad, y el sábado recibí un tremendo bochazo en un lugar algo inapropiado. Fiel a mi estilo, no solo terminé el partido (con alguna que otra lágrima de dolor) sino que evité ir al médico durante un par de días.

Ayer, la dimensión de la hinchazón y el dolor hicieron que la situación fuera insostenible. Allá fui, entonces, a mostrar mi pseudo-testículo, en busca de un diagnóstico.

La situación de por sí era lo suficientemente incómoda como para que encima el traumatólogo se pasara de listo.

A ver… corazón… si me estás toqueteando la ingle no da que hagas comentarios del tipo “ay… es que las chicas que juegan al hockey siempre tienen unas piernas…” y/o “deberías ponerte hielo dos veces por día… fijate… en la oficina quizá algun compañero te quiera ayudar”.

¡Easy tiger! Además… lamento decirte que no sos exactamente uno de los médicos de Grey´s Anatomy… entendamonos.  

Y por otro lado, ¿cómo es que siempre termino negociando con los traumatólogos? ¿Ninguno es capaz de ponerme los puntos?

El diálogo posterior a la placa y ecografía fue algo así:
-         Bueno, una semana de reposo
-         Mmm, ¿le parece? Probemos con otra cosa
-         Sesiones de kinesiología
-         Pruebe de nuevo. Otra oportunidad
-         Bueno, hielo todos los días y un anti-inflamatorio
-         ¡Hecho!
-         ¿Tan fanática sos que no podés dejar de entrenar y jugar una semana?
-         ¿Usted no hace deporte no? Claro…

Increíble… aunque en este caso haberme salido con la mía probablemente no haya sido la mejor idea. Calculo que tendré que acostumbrarme a la compañía del huevito por un tiempo…

viernes, 8 de junio de 2012

GALLETITA QUERIDA DE CADA DIA

Siglo XXI, la humanidad ha logrado desarrollar maravillas en materia tecnológica. Trenes de gran velocidad, jets, Internet, computadoras, maquinaria industrial y un gran etcétera por todos conocido.

La industria alimenticia también ha progresado enormemente. Nuestra dieta variada incluye un sinnúmero de alimentos procesados y sabores maravillosos que los hombres de las cavernas ni soñaban degustar.

La tecnología nos facilita la vida, todo puede hacerse más rápido o más fácil. Grandes corporaciones pelean entre ellas para lograr que sus productos sean los mejores y más efectivos para cada tarea.

Entonces… ENTONCES digo yo… ¿como es posible que a esta altura de la soirée aún tengamos que luchar contra las malditas tiritas coloradas de los paquetes de galletitas, que nunca… NUNCA abren el paquete como deberían? ¿Eh? ¿Eh? ¿Nadie logró aún desarrollar un sistema más eficaz? ¿Nadie pensó que destrozamos las galletitas en el intento, intentando abrir el paquete por el doblez de arriba, o buscando finalmente un cuchillo o tijera que nos ayude?

A todos ustedes les digo… que están eternamente buscando una veta para el negocio del siglo. Como Tom Cruise en “Cocktail”, que miraba las sombrillitas de los tragos y pensaba quien se habría hecho rico con el invento… les dejo la inquietud.

Porque el mundo necesita tiritas eficaces. La gente necesita poder abrir un paquete de galletitas en la calle, sin tener que babear mientras va destrozando paquete y contenido,  insultando a todos los parientes de la mente brillante que diseñó el sistemita este de apertura.

¡Cruzada por una vida aún más fácil!

PD: Sí, sí, ya sé… hay cosas más importantes por las que quejarse. La gente le teme a la inseguridad, quiere dólares, otros quieren trabajo, otros quisieran que Tinelli dejara la pantalla para siempre… Bueno… yo quiero quejarme por algo también… estamos en democracia… y después de todo, sabemos ya que me importa muy poco lo que le preocupe al resto. 

viernes, 20 de abril de 2012

DE CONTRARIEDADES, CONTRATIEMPOS Y OTRAS YERBAS


Se me ocurrió en el día de hoy compartir con ustedes una pequeña situación recurrente que me pone algo nerviosa. Quizá puedan ayudarme con algun pequeño “tip”. Algo que me permita salir airosa y digna.

Vamos a ubicar la escena en un baño público cualquiera. Bueno… cualquiera lo que se dice cualquiera no… digamos un baño que cumpla con ciertos standards de calidad y limpieza (sí, ya sé, mientras lee esto se le aparece en la cabeza la imagen de Ronald Mc Donald… ¡BORRELA YA!). Me refiero más bien a un baño de shopping, aeropuerto, o de determinadas estaciones de servicio con  pseudo restaurant. ¿Me sigue?

Bueno, luego de finalizar lo que sea que haya ido a hacer al baño (no, le agradezco, sin detalles en lo posible) se dirige usted hacia los lavatorios, y a medida que se va acercando nota un faltante. El terror se apodera de usted, y empieza a buscar la manera de no quedar como un idiota. ¿Adivinó? Sí señor, cualquiera sea el diseño y mecanismo elegido en ese lugar, la canilla definitivamente no forma parte de él. El abanico de opciones aquí es escaso:

1) Usted está sólo/a, y puede probar sin vergüenza todas las formas posibles para lograr que salga agua. Pulsa un botón inexistente arriba del grifo, pasa las manos por debajo del mismo buscando un detector de movimiento, busca un botón inexistente en el piso, etc. No hay consecuencias graves, y a la larga usted logra su cometido
2) Hay gente en el lugar, pero usted deliberadamente demora unos segundos en llegar al lavatorio, suficientes como para pispear como se las arregla el/la de al lado.  Mismo resultado, y usted vuelve a salir airoso/a.
3) El horror: Usted esta distraído/a, y se encuentra ya frente al grifo sin remedio, notando que hay gente que lo mira alrededor, con cara divertida. Mira a los lados pero nadie parece tener intenciones de necesitar lavarse las manos. Intenta con desesperación hacer todos los movimientos de manos  a la vez, disimuladamente, como para que parezca que sabe exactamente lo que está haciendo. Finalmente se rinde y se da cuenta de que el blooper está hecho, mientras en su cabeza resuena la carcajada general que imagina el resto de los presentes contiene, y farfulla un ininteligible “igualnovoyavolveraveraestegrupejoinfectodeminitasfracasadasenmivida,asíquealcarajo” o algo similar.

¿Le pasó? ¿Se sintió tan mal como yo o le parece una exageración? ¿Cómo dice? ¿Qué puede vivir perfectamente con eso?

Y bueno… hago lo que puedo… y usted francamente no me es de mucha ayuda. Vaya enfilando con su teoría zen para otro lado y deje lugar para algún colérico que opine algo como la gente. ¡Ts!

viernes, 30 de marzo de 2012

GERONIMOOOOOO

Hace tan solo unos días, en un rincón del continente negro, una mujer se preparaba psicológicamente para lograr una hazaña sin precedentes. El grupo que la acompañaba la alentaba, soltando comentarios motivadores del tipo: “estás completamente demente”, “tenés serios problemas, sábelo”, “¿si te pasa algo me puedo quedar con esa camperita Marmot?” entre otros.

Pero ella se mostraba tranquila, decidida, imperturbable. No había llegado hasta allí para arrepentirse. Retroceder nunca, rendirse jamás. Ni siquiera la vista de los 216 metros que separaban el puente del arroyito que corría debajo la hizo reconsiderar su decisión. Tampoco el hecho de que la pesaran, y anotaran el número con marcador indeleble en la mano (bien grande, a la vista de todos) la hizo dudar. No señor.

Deseando que al menos la filmación saliera bien (porque seamos sinceros, ella juega para la tribuna, y necesita mostrarlo después), se dirigió con pasos seguros al lugar donde todo comenzaría. Esperó su turno, y sintiendo la adrenalina corriendo por sus venas se dirigió al borde. Respiró hondo… y se lanzó al vacío.



Sí señores, la loca de la foto soy yo. Hice bungy jumping y logré otro tilde en el “check list” de las cosas que tengo que hacer en mi vida. ¡Nefertiti está feliz!

viernes, 24 de febrero de 2012

PENNY & LEONARD

Terminó “Friends” y dejó un vacío imposible de llenar. “Lost” me quemó el cerebro durante años, y también se fue. Tuve que buscar reemplazo. Una serie corta, de humor ácido, inteligente y en un horario que yo pueda llegar a ver. Luego de un paneo general de opciones, “The Big Bang Theory” cubrió todas mis expectativas. Y me hice fanática, sí señor.

No solo me divierte la serie, sino que en muchos aspectos me siento identificada con Penny. No no… no empiece ni se entusiasme… no soy rubia platinada, ni tengo hordas de seguidores masculinos a mis espaldas. Estoy hablando de otra cosa. Le doy un ejemplo: a duras penas pude entender la paradoja del gato de Schrödinger. ¿Me va comprendiendo?

A su vez, tengo a mi lado al sr. G, que viene a ser un Leonard en potencia, riéndose y evidentemente entendiendo más chistes que yo, y explicandome muchas veces de que hablan los protagonistas. Básicamente, estoy en pareja con un nerd hecho y derecho.

Convengamos que no le hace muy bien a mi ego tener que reconocer mi absoluta ignorancia sobre temas relacionados con física, matemática y/o informática. Saber sobre historia, geografía y arte realmente no me ayuda con estos temas. Reconocer un Gauguin a la distancia no me hace sentir mejor.

Por otra parte, sumamos a lo anteriormente mencionado un pequeño problemita.
Ocurre que mi curva de atención es desastrosa. Tiendo a volar durante cualquier charla, captando de a ratos pequeños detalles y/o palabras claves que logran que salga airosa ante alguna pregunta u obligación de participación. Pero es eso: sólo una pantalla creada por una maldita farsante. No es que tenga deficit de atención (o por lo menos quiero pensar que no), pero ando con ganas. He logrado sobrevivir durante todos estos años sin mayores contratiempos, hasta que se cruzó en mi vida un señor que sabe mucho de temas que yo ignoro. Además, trabaja con tecnología para la industria, un rubro que agrupa justamente informática con física y matemática. ¡Un castigo!

La típica frase hecha de “¿Cómo te fue en el laburo?” implica para mí un esfuerzo sobrehumano para lograr escuchar con atención la catarata de información que se viene.
Me desgasta, me agota. Lo intento, me enfoco, trato de hacer preguntas inteligentes, me concentro. Y el sr. G no se cansa. Me explica con toda la paciencia del mundo, viendo como las ideas pasan de largo por mi cerebro. Hace poco hasta me explicó la base del sistema binario y la relación con las computadoras. En el momento estoy casi segura de que lo entendí. Pero si ahora tuviera que explicarlo, no creo poder lograrlo.

Así que cada vez que veo a Penny mirar a Sheldon o a Leonard con cara de “¿de qué me estás hablando?”, me río y lloro a la vez.

Y no crea que zafo del temita Comics/ Star Wars. ¡Viene con el combo! Y por el mismo precio, señora/ señor, agregamos un adicional importantísimo con material de Caballeros del Zodíaco.

Sí si… no me lo diga… sé que me envidia sanamente.