jueves, 7 de enero de 2010

EMPEZANDO EL AÑO

En esta ocasión decidí irme a la costa, a pasar fin de año con la familia Adams, a disfrutar de mis sobrinos.

Para empezar el viajecito, arranqué el miércoles (30 de diciembre) a las 18 hs. Salí de la oficina e intenté ir directo para la ruta. Ilusa, pobre inocente….. Creo que estuve dos horas y media solo para salir de Capital. Conclusión: Le puse 7 horas. Era necesario? Tengo que ser parte de la masa imbécil que se desplaza en los horarios en que lo hace todo el mundo?!?!? No podía salir una hora antes de la oficina y ahorrarme las puteadas?!?!?! Maldita workaholic!

Una vez llegada, de todas maneras, aproveché la espectacular casa con pileta, no lo voy a negar. Los asados y el vino no faltaron, y también se agradece.
Eso sí, fui a la playa un día solamente, y una vez más corroboré que detesto la costa atlántica, el viento que hace que te cagues de frío cuando salis del agua, la arena que te pega en el cuerpo, los lagartos echados al sol. Me hace falta un solo fin de semana y es suficiente para seguir afirmando la felicidad que me produce vacacionar de otra manera y en otros lugares del planeta.

El 31 a la noche tuvo sus eventos de color, como no podía ser de otra manera. Alto porcentaje de alcohol, multitud de gente movilizándose al mismo tiempo hacia la playa, congestión de autos mientras veíamos a lo lejos los fuegos artificiales, un cuñado un tanto temperamental “intercambiando ideas” con un peatón ofuscado, una madre descompuesta por los nervios que le produjo el breve altercado, en fin…. nada del otro mundo.

Promediando el fin de semana corroboré a su vez que tengo vencimiento con el exceso de gente a mi alrededor. A ver… amo a mi familia, pero el domingo después del almuerzo mi nivel de sociabilidad dijo “basta, arrancá ya para Buenos Aires”.
Seamos sinceros: vivo sola, disfruto de eso…. Y durante cuatro días conviví con seis adultos y tres niños. No me condenen… hago lo que puedo. Los quiero, adoro el timbre agudo de la voz de mi sobrino, pero please, necesito silencio…. Un ratito nada más…
Y a las mujeres: por favor, dejen por un rato de pasar la escoba, levantar la mesa, acomodar. Muy dentro mío estoy convencida de que a mi me cambiaron en la Nursery… no puedo ser tan diferente a mi madre y a mi hermana. O sea, me siento una maleducada por no querer mover un dedo y al menos lavo los platos, pero no es algo que me nace… Y ellas lo hacen con tanta naturalidad…. Prefiero tirarme a mirar las estrellas con la parte masculina de la familia, con una copita de champagne en la mano. Puedo?

En fin, ya estoy de regreso en el cemento, esperando el fin de semana para estar en quince minutos en el club y tirarme panza arriba en la pileta, con mi MP4 al oído, como para que a nadie se le ocurra hablarme. Peace!!!!

PD: Tengo que ir a buscar al maldito gato a lo de mi hermana… demonios…. No vaya a ser que me lo traigan eh! Ah…. Bonus track…. Me tengo que traer al hermanito también “hasta que le encuentren dueño”. www.comoabrocharaunahermanaidiota.com

4 comentarios:

Diosa Danesa dijo...

Entiendo muy bien tu rechazo a las hiperkinéticas hogareñas!! Pero, reconocé que esto también te sirve de antídoto. Son pequeños "breaks" que te hacen apreciar más lo que tenés. Transar con el gato, estuvo bien. Más allá, nein!!!!

Nefertiti dijo...

Loving my life more and more!! jaja
Igual lo del gato fue una imposición te diría...

sister dijo...

Malaaa! Encima me los matasteee .. a los dos!! No te alcanzaba con uno solo? sniffff...

Nefertiti dijo...

sister: pobrecitos esos michifuces. Que habrá sido de ellos?